Un viejo relato (censurado)

Hace cosa de cuatro o cinco años participé en un curso de narrativa. Uno de los ejercicios consistía en escribir un monólogo interior. Mi primer intento fue un tanto desacertado, pero lo volví a intentar al cabo de unas semanas. Dado el tema del relato, y la coincidencia en el tiempo con el concurso de relatos del Metro de Barcelona, decidí participar en el certamen con este escrito. A pesar de enviarlo dos veces, no apareció nunca en la web del concurso, y pienso que debió de ser censurado de alguna manera.

Aquí lo tenéis.



¡La tarjeta! ¡Que no se me olvide! Tengo que volver a meterla en su sitio, que si no la pierdo ¡Joder! Siempre llego tarde a todos lados, esto no puede ser. Y el panel del metro… ¡Qué rabia! Me acabo de pegar una carrera y lo de siempre. Treinta y cinco segundos…¡Y un huevo! Ahora ya es un minuto. Y luego serán dos, o se quedará en un minuto durante cinco. ¿Podría alguien apagar esta pantalla? Total, para lo que sirve… Estoy de tele hasta la coronilla…Qué remedio, a sentarse y esperar. Vale, llegaré un poco tarde, pero me jode. Las primeras impresiones son importantes. Con la lengua fuera seguro que das una imagen magnífica…¡Coño! ¡Y ahora el tío éste con su móvil a todo volumen! ¡Si es que uno no puede disfrutar de un instante de silencio! Cuarenta y nueve segundos. Hace un minuto eran treinta y dos. Hale, a esperar. No me lo puedo creer…¡Lo que me faltaba! “El próximo tren no admite pasaje”. ¡Y se quedan tan panchos! No, si es que este es un país de ineptos. De ladrones y de ineptos. Me tenía que haber largado al acabar la carrera. Spain is different. Seguro que cuando me digan lo que pagan no llegaré ni a mileurista. ¡Por Dios! ¡Para de tocar el pito! ¡Ya nos hemos enterado que no paras en esta estación! Y esos guiris de ahí no se han enterado. Podría decirles en inglés que el tren no admitía pasajeros. “It was prohibited to the passengers to get into the last metro”. Sí, me parece que se dice así. El Proficiency es lo que tiene. ¡Ja!¡Prohibir se dice “Forbid”! ¡Y el metro es “Underground”! Espero que no me hagan una parte de la entrevista en inglés, si no, seguro que no me cogen. Treinta y cinco segundos otra vez. ¡Cómo se ha llenado el andén! Claro, con todo el rollo del metro que no ha parado... Al fondo no hay tanta gente. Treinta. Venga, para el fondo. Veinticinco. Voy a meter la tarjeta en la cartera. Veinte ¡Mierda! ¡La cartera! ¡Las tarjetas! ¡Se me tiene que caer la cartera ahora! ¡Ahora no! ¡No puedo perder este metro! ¡No! ¡La de crédito! ¡El DNI! ¡Aquí! ¡La del videoclub! ¡El pitido! ¡Joder, que alguien me ayude! ¡No, no te vayas! ¿Es que no has visto que se me había caído la cartera? Tres minutos y treinta ocho segundos. Y ya son casi las tres…Joder, debería de estar ya por Diagonal. En un cuarto de hora no llego a Montbau. Será mejor que les llame para decirles que voy a llegar tarde. ¡Empezamos bien! Quizá si les llamo ¡Ostras, no! ¡Me lo he dejado en casa, cargando! ¿Y usted qué mira, señora? ¿Nunca ha visto un montón de tarjetas en el suelo? Bueno, ya casi está. Creo que las tengo todas. Un minuto. Respira. Haz yoga. Om…ah…um. Om…ah…um. No puedo llamarles, así que tengo que ir, aunque llegue tarde. Si no me presento seguro que no me cogen. Om…ah…um. Treinta segundos. Ya oigo el pitido. Om…ah…um. Quince. Ya está aquí. Párate. Coño con la manilla, qué dura. Venga, va, que más vale tarde que nunca. Respira, concéntrate. ¡Cuánta gente! Om…ah….um. ¡Cómo le huele el sobaco al viejo éste! Om…ah….um. Más profundo, inspira más lentamente. ¡Niño, no llores tanto! ¡Qué pulmones!  Ese, de mayor, tenor del Liceo. Om…ah…¡Puaj! ¡Huele a Ducados! ¿Quién coño está fumando? ¡Está prohibido! ¿Y por qué no se cierran las puertas? Llevamos dos minutos aquí parados. Y sigue oliendo a tabaco… Ahora mismo me quejo al conductor. Disculpe…disculpe... ¡La madre que lo parió! ¡Ha parado para fumarse un pitillo! ¡Se va a enterar! Ahora mismo entro en la cabina y….¡No! ¡Ahora no arranques, que estoy fuera!


 

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