Noche sin fiesta, domingo sin gusto

Las noches son siempre más tristes que los días. Para empezar, no hay luz. Es suficiente motivo para que las preocupaciones, la soledad, los miedos y las brujas te asalten cuando aún no te has ido a dormir, mientras el viento sopla frío al otro lado del cristal de la ventana de tu habitación, y oyes su silbido quejumbroso mientras contemplas impertérrito la inmensa negritud de la noche. Los segundos pasan poco a poco, el tic-tac es casi imperceptible, sólo suena en tu cabeza. Tiiiiiic! Taaaaaaaac!. Si tuvieras un reloj dentro de tu cabeza te darías cuenta que un segundo nocturno dura más que uno diurno. Danzan las agujas, el tiempo canta un réquiem. Y todo es espacio sediento de luz. Y todo es tristeza.
La noche es la imperfecta muerte de la alegría, y digo imperfecta porque los gozos vuelven cada mañana, con el sol y la luz que de él emana, atravesando los cristales de las habitaciones de tu casa, despertando a quien duerme e inspirando a los pájaros que cantan. Hay muchos tipos de noches: las oscuras – bueno, eso lo son todas -, las frías, las solitarias, las desoladoras, las que apetece quedarse en casa y también aquéllas en que te mueres de ganas de salir de casa e irte de fiesta hasta que tus tímpanos aguanten. Ésta es la noche que confunde, que vicia, que pervierte y divierte, que corrompe, que bautiza con alcohol, que acaba con el agobio y la rutina, que une y separa parejas, que hace y deshace amistades, en la que te revientan el coche para robarte una mochila, en que vomitas el estupendo cocido que tu madre te había preparado de cena por encima de la acera, en que descubres el poderoso poder amnésico del alcohol, en que todas las gatas te parecen pardas y macizas, y, en fin, en que el espíritu se eleva por encima de la rutina que lacera las ganas de vivir de los que no nos hemos cansado aún de la vida.
Resumiendo: ¡qué ganas que tengo de tener alguien con quién irme de fiesta!

Comentarios

Elena Martín ha dicho que…
jejejeje, si lo pides así seguro que más de uno acepta, sobre todo con lo del cocido, menudo argumento persuasivo!
Hasta yo que hace tiempo que me dió la vena hogareña me apuntaría!

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