La eterna desilusión vital
He llegado a la conclusión de que la universidad no te prepara en absoluto para la vida real. Durante unos cuantos años de tu vida estudias con ilusión, te emocionas ante la belleza de lo que te enseñan, te admiras de los descubrimientos que otros han realizado y piensas que, con un poco de suerte, quizá tu nombre salga en los libros de texto. Desde todos lados intentan convencerte de que el conocimiento es algo útil y hermoso, que el ser humano se vuelve más humano y menos animal cuando se culturiza y se dedica a cultivar su intelecto y su inteligencia de las formas más refinadas. Y toda esta visión se viene abajo cuando uno tiene que enfrentarse con la realidad cotidiana del trabajo. Debe ser que aún tengo una vena filosófica profunda y me resisto a que quede definitivamente muerta ante la muchas veces decepcionante realidad. Digo todo esto porque ayer me inscribí a una oferta de trabajo y hoy he leído en internet las opiniones de gente que había trabajado con ellos. Horarios