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Mostrando entradas de mayo, 2006

Del futbol y otras drogas (legales)

Esta semana pasada el Barça ganó la copa de Europa, confirmando así que es el mejor equipo del continente europeo – y, dicho sea de paso, del mundo – . Primero de todo debo decir que me gusta el fútbol. No es la mayor de mis aficiones, como rezaba aquella canción que ilustraba un famoso anuncio de Canal +, pero sí que me apetece, de tanto en tanto, alcachofarme en el sillón del comedor y ver un buen partido de balompié por la tele. Lo segundo que debo decir es que, además, soy del Barça. O sea, que debería sentirme muy contento con lo que mi equipo ha conseguido en sólo dos semanas: una liga española y una Champions son motivos más que suficientes para la mayoría de seguidores culés para sentirse felices y contentos durante todo lo que queda de mes. Cuando hace dos semanas el Barça se proclamó campeón de liga había quedado con Pili por el centro y pude ver el aspecto que presentaba Canaletas a las diez y media de la noche. Y no pude más que sentirme inquieto por lo que vi ese día y lo

La jardinería cotidiana

Es curioso el efecto que el tiempo libre puede tener sobre la mente de los hombres. Nuestra frágil y mudable condición humana nos hace desear siempre aquello que no tenemos, de tal manera que siempre desearíamos tener lo que no poseemos. Nuestros afectos y pasiones son como el culo de una señora demasiado gorda que siempre está buscando una silla en la que sentarse a la mesa común: en unas, por ser demasiado estrechas, no caben sus posaderas, y en las otras, por ser demasiado grande, no deja espacio a los otros comensales para que disfruten del banquete con ella. Nuestras ilusiones y deseos son un vestido que acostumbra a ser excesivamente ceñido o excesivamente holgado, de tal modo que nunca nos sentimos a gusto entre las telas que nos han de vestir. Es por ello que no es más feliz quién más sueños realiza, sino quién menos ilusiones necesita realizar. La meditación, esa divina llave que cierra la puerta del desasosiego a cada vuelta de candado, me está enseñando que es necesario renu