Del futbol y otras drogas (legales)
Esta semana pasada el Barça ganó la copa de Europa, confirmando así que es el mejor equipo del continente europeo – y, dicho sea de paso, del mundo – . Primero de todo debo decir que me gusta el fútbol. No es la mayor de mis aficiones, como rezaba aquella canción que ilustraba un famoso anuncio de Canal +, pero sí que me apetece, de tanto en tanto, alcachofarme en el sillón del comedor y ver un buen partido de balompié por la tele. Lo segundo que debo decir es que, además, soy del Barça. O sea, que debería sentirme muy contento con lo que mi equipo ha conseguido en sólo dos semanas: una liga española y una Champions son motivos más que suficientes para la mayoría de seguidores culés para sentirse felices y contentos durante todo lo que queda de mes. Cuando hace dos semanas el Barça se proclamó campeón de liga había quedado con Pili por el centro y pude ver el aspecto que presentaba Canaletas a las diez y media de la noche. Y no pude más que sentirme inquieto por lo que vi ese día y lo